Descripción
Canciones que comienzan con intros de guitarra afilada para cortarte el oído, Looking for the heavens, Flesh, Cannibal, que dan paso a losas de menos de tres minutos de enfurecido pop, rápido, agresivo, con una actitud muy encrespada. Líricamente más tensos en I’ll make a fool for you y la versión de When will you come back, incluso en el interludio en el que la carne de Flesh se convierte en espíritu evanescente durante unos segundos, pero siempre instrumentalmente retorcidos. Contundentes y ricas en melodías, las canciones de este disco son más que power pop. Es una pena que no podamos apreciar la fantástica presencia que tendrían al ser interpretadas en un escenario.
La ventaja de escuchar estas canciones interpretadas ahora por The Rockos es que aquí suenan con la madurez musical que les aportan unos músicos en la plenitud de su carrera, pero todavía retienen la energía, vibración y excitación de cuando las tocaban los Escuálidos hace treinta años; no son tanto réplicas de la historia del rock sevillano como distorsiones de esta; no son apropiaciones del pasado, sino donaciones a él.
Son canciones muy pulidas, pero con el filo en bruto, que sangran con tormento interior y una cierta sabiduría depravada: he cruzado el desierto de tu cerebro, he cruzado la jungla de tu cuerpo, buscando tu alma… para nada. Una canción, Flesh, que habla en tono violento, despotrica y destruye todo y a todos los que se ponen a tiro. La canción del título puede ser fácilmente una hija bastarda de los Ramones, una de esas canciones que después de un par de escuchas te parece que te han estado rondando los oídos durante años. Aprietan donde duele en I’ll make a fool for you, que habla de un mundo en blanco y negro donde todos buscamos la luz… y de eso van estas canciones, de gente y de cosas que a veces te hacen soñar y a veces te hacen temblar, como cantan en Cannibal; pero lo que es más importante, te hacen sentirte alegre de estar vivo.
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